Tal como están presentando el Presidente Santos y la prensa oficialista de la TV, radio y papel, el nuevo acuerdo ya está listo, acabado, aprobado por los del NO, bendecido por Kerry (o sea Obama) y en la sala de partos concluida la operación de cierre uterino. Los urgidos están juntos pidiendo ratificación e implementación ya.
¿Quiénes son los urgentólogos que no dan cabida al conocimiento, reflexión y balance? En primer lugar está Barak Obama porque ya se va y quiere dejar apareado su Premio Nobel con otro Premio similar concedido a uno de sus súbditos. En segundo lugar está Juan Manuel Santos porque necesita llegar a Estocolmo con la digestión adecuada al documento que avale el premio. En tercer lugar están las Farc, encartadas con un socio que perdió el plebiscito, que requiere legitimarse y tapar el escándalo de haber ganado la reelección debido a la mano negra del Jefe de Inteligencia, almirante Echandía, que armó una trampa para ensuciar la campaña y el candidato del Centro Democrático. Pero las Farc necesitan más acelere en sus urgencias políticas con el nuevo borrador del acuerdo porque tienen a la guerrillerada en la incertidumbre, haciéndole agua por todos los costados, inclusive escapes con fondos de sus sagrados ingresos legales. En cuarto lugar están las organizaciones simpatizantes o apéndices de las Farc que necesitan definir el plan electoral y las candidaturas a propósito de las próximas elecciones.
Los urgentólogos van a multiplicar los campos de Boys scouts en la plaza de Bolívar y recuperar la ilusión perdida, pero subsidiada por el gobierno con los fonditos del posconflicto. Mientras tanto, que esperen, porque borrador es borrador, y los del NO, que si saben escribir y leer, deben conocer qué dicen los nuevos encantos De La Calle y de qué tamaño es el tamal.
Unos interesados en el tema, sin estar urgidos, son los del ELN, que desde la orilla de su cambuche, observan y observan lo que pasa por La Habana. Nadie sabe cuándo terminarán su desgraciada película.