Quedó en evidencia que Juan Manuel Santos consiguió la reelección presidencial gracias al “Hackergate”, infiltrando la campaña del candidato opositor, Óscar Iván Zuluaga, para acusarlo de interceptaciones ilegales a los negociadores de La Habana. En la recta final de la campaña, el gobierno filtró a la Revista Semana evidencia ficticia, buscando vincular al candidato del Centro Democrático y a su círculo más cercano con labores de espionaje y tráfico de información reservada. La bomba noticiosa se convirtió rápidamente en un escándalo nacional, alterando la intención de voto de los ciudadanos.
Óscar Iván Zuluaga ganó la primera vuelta presidencial, seguramente habría ganado la segunda sino fuera por el escándalo que le montó el Gobierno Santos, abusando de manera criminal de los aparatos del Estado. El entonces Presidente Candidato, utilizó la Dirección Nacional de Inteligencia y la Fiscalía General de la Nación para infiltrar la campaña de su opositor y luego perseguirlo judicialmente.
Ante la baja popularidad del Candidato Presidente y la escasez de propuestas programáticas, distintas a la también impopular negociación con las Farc, al Presidente no le quedaba más opción que sacar del camino a su contendor, a como diera lugar. Hubieran sido capaces de cualquier cosa, había muchos intereses en juego.
La semana pasada, en el programa radial, La Hora de la Verdad, del exministro Fernando Londoño, la Representante María Fernanda Cabal denunció pruebas que vinculan a los supuestos hackers, infiltrados a la campaña de Zuluaga, con el abogado de las Farc Enrique Santiago. Si bien todo eso parece una novela de la teoría de la conspiración, en Colombia ya nada sorprende.
Lo que es increíble es que no pase nada. Los medios nacionales fueron muy acuciosos para atacar la campaña de Zuluaga en su momento, pero no han actuado con la misma vehemencia ahora que aparecen las pruebas que demuestran que los verdaderos hackers eran Santos, Echandía y Montealegre.
¿Por qué Montealegre, a través de su antiguo Director del CTI, decidió delatar a Santos y a Echandía?, ¿en qué le quedó mal el gobierno para que se sintiera traicionado? De esa pelea entre bandidos tiene que beneficiarse el país, ojalá nos enteremos de toda la verdad. El daño que hicieron es irreparable, la víctima no solo es Óscar Iván Zuluaga, es la democracia, se robaron las elecciones a través de un sofisticado montaje que, por suerte, se empieza a desbaratar.
Todavía no conocemos toda la verdad, ojalá sigan cantando. Lo que queda claro, es que Santos en lugar del Nobel se merece un Óscar.
@SHOYOS