Si el Presidente comete el error de desconocer el resultado del plebiscito, el país entero tendrá que salir a las calles.
Desde el Centro Democrático ya cumplimos, diciéndole al gobierno las razones por las cuales rechazamos el Acuerdo al que había llegado con la guerrilla de las Farc. Corresponde ahora, al Presidente de la República acatar el pronunciamiento popular del 2 de octubre, debe buscar un nuevo acuerdo que atienda la voluntad de los colombianos. De no hacerlo, tanto el gobierno como la Unidad Nacional, tendrán que asumir la responsabilidad, legal y política, de desconocer los resultados del plebiscito.
El triunfo del NO, no facultó al Centro Democrático para entrar a negociar, con la guerrilla y con el gobierno, los términos de un nuevo acuerdo. Esa facultad reside exclusivamente en el Gobierno Nacional. Desde la oposición hemos manifestado públicamente, y a través de todos los medios posibles, las razones que nos llevaron a oponernos al Acuerdo de La Habana, ojalá el gobierno atienda esas razones durante la nueva etapa de la negociación.
La decisión del 2 de Octubre no puede considerarse inviable, lo inviable es el Acuerdo, el NO es un mandato democrático de obligatorio cumplimiento. El presidente, en lugar de descalificar los argumentos del NO, tiene que defenderlos porque corresponden a los del pueblo que debe representar. En nuestro sistema democrático, las decisiones se consultan a los ciudadanos en las urnas, no en cocteles en la Casa de Nariño, ni en concentraciones en la Plaza de Bolívar, Colombia dijo NO.
Si el presidente Santos comete el error de desconocer el resultado del plebiscito, el país entero tendrá que salir a las calles a defender la soberanía popular. El consenso de la humanidad para alcanzar la paz, para dirimir los conflictos en las sociedades se llama Democracia, desconocerla es un acto de violencia, es una agresión al pueblo, un golpe de Estado.
Desconocer el plebiscito sería transitar un camino muy peligroso para Colombia. Las vías de hecho, aun cuando se les dé apariencia de legalidad y aunque provengan de una autoridad, son inaceptables en un Estado de Derecho.
Al Presidente Santos y a las Farc se les olvida que perdieron, les faltó grandeza en la derrota. Tienen que entender que por encima de cualquier acuerdo está la democracia, que el anhelo de paz del pueblo colombiano sigue intacto, pero que no todo se justifica en nombre de la paz.
Las Farc tienen la oportunidad de salir bien librados, de alcanzar un acuerdo, generoso pero sensato, que obtenga el respaldo de todo el país, pero tienen que estar dispuestos a ceder. Si persisten en peticiones inviables, no llegaremos a ningún acuerdo y tendrán que someterse a la persecución penal y militar del Estado.
El gobierno también debe ceder, entender que perdió, aprovechar la disposición de la oposición para que se alcance un nuevo acuerdo. Maltratar a quienes votamos NO, no es una buena estrategia, mucho menos una actitud de noble, por el contrario, es una provocación. Puede llevar a que se radicalicen las posturas y nada de eso le conviene al país.
@SHOYOS