Quiero insistir en el derecho que tienen todas las personas a una segunda instancia en un proceso judicial. Ya lo sé, he escrito sobre este tema varias veces, pero no me cansaré hasta que se haga justicia.
Colombia, país cuya impunidad ronda el 95%, se da además el lujo de no tener segunda instancia para lo que se llaman aforados, que en el caso que me ocupa son los funcionarios del gobierno del expresidente Álvaro Uribe Vélez.
Colombia, país cada día más politizado, en donde pareciera que lo único que cuenta es con quien está uno. Si tiene la suerte de estar con los que tienen el poder en ese momento, puede respirar tranquilo, seguramente no lo investigarán y en caso de hacerlo será declarado inocente. En cambio, si pertenece a la oposición, prepárese, le llegará su investigación.
¿Por qué motivos llega la investigación? No importa el motivo, ni las razones, ni las explicaciones, es culpable. Por hechos políticos, de conveniencia política, así de simple. Suena absurdo, pero a eso hemos llegado. Valen testigos falsos, no debido proceso, no aceptación de pruebas, en fin, vale todo lo que vaya en contra del investigado. Sea verdad o sea mentira.
La situación de mis compañeros, hoy detenidos e investigados, me quiebra el alma. Fueron juzgados, no tienen derecho a segunda instancia, aunque los principios universales de Derechos Humanos, así lo exijan. Para ellos eso no cuenta. Los argumentos que ha manifestado la Corte Constitucional es que no es retroactivo. ¿Cuándo se ha visto eso? Siempre, y es ley universal, que la favorabilidad es para el investigado en caso de ley o norma posterior. Es una clara intervención de la justicia en asuntos políticos que no deben ser de su incumbencia. Causan un daño muy grave a la institucionalidad y la credibilidad de la justicia en Colombia. El desprestigio que hoy tiene nuestra justicia no es gratis. Son unos pocos que han hecho daño irremediable a las familias, al prestigio y vida de las personas investigadas, por el solo hecho de no estar de acuerdo con las políticas de gobierno e ideología de Álvaro Uribe Vélez.
Le comentan a uno permanentemente que lo que pasa es que la justicia de hoy es de izquierda. Me parece muy bien, todos tenemos derecho a pensar en política y filosofía como queramos, lo que no está permitido es que se use esa forma de pensamiento para perjudicar a los que piensen distinto. Así no es.
En varias ocasiones he pedido que lean las sentencias, que conozcan los procesos antes de juzgarlos. Colombia tiene que darse cuenta de esta injusticia. No pedimos impunidad, pedimos verdad.
Andrés Arias hoy confinado en una cárcel en Estados Unidos por un delito que no cometió. Sus hijos y señora a la deriva esperando piedad por parte de la justicia Americana, cuando todos los que lo juzgaron en Colombia, saben que ni la pena ni el delito que le imputan merecen 17 años de prisión. Además le niegan su derecho a una segunda instancia. Todo por ser contradictor político.
¿Cuándo será que aprenderemos como país a respetar las diferencias ideológicas, y a competir con argumentos, con juego limpio? Una luz de esperanza tenemos en los nuevos magistrados y el nuevo Fiscal. Dios los ilumine para que tomen decisiones basadas en derecho y no en odios.
Si Colombia sigue así es muy peligroso, porque la vida es una ruleta, donde unos ganan y otros pierden y vuelve y se repite y se repite. Si la justicia es basada en ideología y no en la ley el país es un país fallido, sin la menor duda.
Estamos en manos del señor Fiscal y los nuevos jueces y magistrados, así como de aquellos que sabemos que no están de acuerdo con estos atropellos.
PD: No olvidemos que mis compañeros fueron los mismos de Juan Manuel Santos. La vida es una ruleta…
@AliciaArango