La adopción es ante todo un acto de amor de gran dimensión y de proporciones extraordinarias. El mayor regalo para un niño que ha sido abandonado por sus padres biológicos, quienes por naturaleza estaban llamados a protegerlo y amarlo, es encontrar el calor de un hogar, esencia de una vida sana, con amor, educación y pleno respeto por sus derechos.
Con el referendo propuesto por la Senadora Vivian Morales, se ha puesto en el centro del debate nacional el concepto de la adopción, pero infortunadamente para los niños, vista a través de los extremos. De un lado la familia tradicional conformada por papá y mamá y de otro lado, los solteros y los voceros de las parejas homosexuales.
Entre extremos, muchos olvidan que constitucional y legalmente, la adopción es un mecanismo de restitución de derechos para los niños, y es en ellos en quienes propongo que pensemos. La discusión actual se centra en los derechos de los adultos y deja de lado reconocer que los niños son sujetos plenos de derechos.
Quienes hemos podido conocer el dolor que sufren los niños que no tienen familia o que si la tienen, no han velado por ellos con amor, entendemos en la adopción el principal mecanismo de protección que tiene estos niños.
A Julio 30 de este año, tiene el ICBF aproximadamente 9.700 niños declarados en adoptabilidad, es decir, pueden ser adoptados por quienes ya han efectuado el proceso y alcanzado, de acuerdo a las evaluaciones psicosociales, la posibilidad de adoptar un menor de edad.
Sin embargo, siendo realistas, la mayoría de estos niños no van a ser entregados en adopción y se quedarán en manos de hogares sustitutos o instituciones, en donde no verán realizados sus sueños de niños.
En Colombia, no hay cultura de adopción y menos para la adopción de niños con condiciones especiales cognitivas o emocionales, edades grandes, grupos de hermanos o de raza negra o indígena. Mientras familias de Italia o Estados Unidos adoptan estos niños, en Colombia no ocurre igual.
Para mi es realmente emocionante pensar que parejas heterosexuales, homosexuales y solteros deseen adoptar, pero ojalá todos pensaran en estos niños de condiciones especiales, niños grandes, grupos de hermanos o niños de raza negra o indígena. Ojalá así fuera y alcanzaran estos niños sus sueños con personas jefas de hogar que los amen y los acompañen en su proyecto de vida, pero hoy no es así. A mi me duele profundamente que olviden que la adopción es para ellos y los usen solo para defender su posición, pues al final muy posiblemente los niños que más lo necesitan no serán adoptados.
Adicionalmente, en los últimos años el proceso de adopción en Colombia, que fue reconocido por su rigurosidad y transparencia por la máxima autoridad mundial, se ha visto afectado por varias sentencias de la Corte Constitucional y principalmente por programas como Séptimo Día que se dedicó, quien sabe con que propósito, en todo caso no santo, en más de seis programas a atacar y desacreditar la labor de años del ICBF y de sus defensores de familia. El impacto nefasto de esto lo vemos en las cifras: mientras en el año 2010 se entregaron 3.000 niños en adopción, en el año 2015 tan solo 1.400.
¿ Quién va a responder por la vida de estos niños que se están creciendo institucionalizados, sin referente de familia y muchas veces vulnerados ?
Invito a que todo el esfuerzo que se está haciendo para defender una u otra posición se disponga en cambio para cumplir el sueño de todos los niños que esperan encontrar una familia. Todos por igual tiene derecho a construir un vinculo familiar que los llene de amor, protección y apoyo.
@ForerohElvira