Terminamos la semana pasada con el contrato de compraventa suscrito entre la Alcaldía de Montería y el Obispo de Montería el martes 1 de diciembre de 2009, en donde se vendía el Asilo de Ancianos de Montería por mil 600 millones de pesos. Allí en ese documento está que el avalúo lo realizó el arquitecto Manuel Joaquín Angulo García (Inscrito en el R.N.A. SIC 04050097). El predio tiene un área aproximada de 11 mil 300 metros cuadrados, esto equivale a $141.592.92oo el metro cuadrado. Reconocidas empresas de lonjas consultadas no creen que este predio haya costado esa suma, según ellos, ese lote debía estar entre los 11 mil y los 12 mil millones de pesos. Uno de ellos, que pidió mantener su nombre en reserva, se refirió al siguiente ejemplo: “A cuatro cuadras del Asilo de Montería, hacia el sur, el metro cuadrado, para construir un hotel, costó a millón cien mil pesos, es absurdo que más al norte, donde está el Asilo, haya costado ese dinero el metro cuadrado”.
Una pregunta que hay es que si este negocio fue legal. A todas luces es legal, pero no todo lo que es legal es justo o correcto. Para soportar esta afirmación tenemos que irnos a la tarde del miércoles 22 de abril de 2009, cuando se reunió la Junta del Asilo Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Montería en la Curia Episcopal. Bajo el Acta No 39 allí se dieron cita:
Monseñor Julio César Vidal Ortíz-Presidente
Jorge Gánem-Síndico
Natalia Betancourt (sic)-Delegada de la Gobernación
Mirid Sornoza-Delegada Secretaria de Salud Dptal
Marcos D. Pineda García -Alcalde de Montería
Gloria S Bustamante-Asesora Alcaldía de Montería
Jairo Pineda-Representante de la Familia
Antonio Vélez Otero-Contador del Asilo
Hna. Flor María Gómez-Directora del Asilo
Hna. Blanca Rincón-Auxiliar de Administración del Asilo
Rosa Pimienta-Revisora Fiscal
Vianey Ramos F-Secretaria
Todos iban por ‘el queso’, que estaba en el cuarto punto.
El Orden del Día fue: Oración, verificación del quórum, lectura del acta anterior, discusión sobre la venta del terreno del asilo y proposiciones y varios. El obispo dijo que ya estaba lista la compra del lote para el nuevo asilo, que el vendedor era la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. Que las tres hectáreas tendrían un costo de 600 millones de pesos. Manifestó también que existía una oferta de dos mil 700 millones de los hermanos Uribe.
Aquí entra el alcalde de ese entonces, Marcos Daniel Pineda, quien presenta una contrapropuesta. En la redacción del Acta No 39 dice: “(…) él [Marcos Daniel Pineda] reitera la ilusión no solo que tiene la administración municipal sino todos los monterianos, que el lote donde funciona el asilo, siga brindando un espacio a los monterianos, cumpliendo ese fin social para lo que fue creado, no vaya a quedar en manos de un privado con fines comerciales, en beneficio de unos pocos y en detrimento de toda una ciudad”. El alcalde plantea el pago por el asilo en mil 600 millones y pago en cuatro cuotas. La primera el 1 de julio de 2009; la segunda en enero de 2010; la tercera el 3 de julio de 2010; y la cuarta en diciembre de 2010. Y según el Acta No 39 el alcalde termina diciendo: “Que en el recuerdo de todos los monterianos quede este lugar como un sitio que albergó a muchos ancianos y que próximamente albergará a muchos ciudadanos de Montería, como un lugar de esparcimiento y mostrando la mejor cara de la ciudad hacia la entrada al norte del país”.
Pero aquí viene la gran mentira. “El alcalde recalca como lo más importante, es el acompañamiento permanente de su administración en la construcción del nuevo asilo, este se refiere a la realización de un Asilotón con el fin de recolectar algunos recursos, para la dotación; si se hace necesario a visitar a Cementos Argos y otros proveedores junto con Monseñor y la gobernadora. Expresa su compromiso brindándose como como el principal doliente de la construcción del nuevo asilo de ancianos. (…) Esperaría que el último abuelo sea trasladado al nuevo asilo para tomar posesión del bien como municipio y si pediría celeridad en la construcción de la obra, ya que él quiere ver inaugurada (sic) los dos proyectos”. (Negrilla y cursiva son mías)
La Gobernación de Córdoba, por intermedio de su representante Natalia Betancourt (sic) dijo que la gobernación ofrecía un lote de dos hectáreas denominado ‘La Rosa Mística’. Pero el Obispo Vidal lo rechazó por ser unos terrenos muy bajos.
Se procedió entonces a la votación de la venta del Asilo de Ancianos del Perpetuo Socorro de Montería. La votación fue unánime, seis votos a favor de venderle al municipio de Montería.
Hoy nadie de esa junta puede lavarse las manos, diciendo que estuvo en contra de semejante ‘jugada’. A las 6 y 20 de la tarde de ese miércoles 22 de abril de 2009 quedó sellada la suerte del asilo de Montería y de los viejitos.
Pero es el momento de conocer algunos apartes de la Escritura Pública No 620 firmada el martes 28 de diciembre de 1948 y otorgada por el Notario Único Principal, Pio Escobar L. Allí los testigos de este acto fueron Gabriel Puello G., Carlos García Padrón y el personero de Montería Heriberto Navarro M. Estas escrituras se realizaban en aquel entonces a mano alzada.
En esta Escritura se protocoliza en su Artículo Primero que “el municipio de Montería cede gratuitamente al Asilo del Perpetuo Socorro de Montería, para su funcionamiento un inmueble sub-urbano (sic) de propiedad del municipio consistente en una (1) hectárea de terreno situado en las afueras de esta ciudad”.
En el Artículo Segundo se establece “que la cesión gratuita del antes expresado inmueble para el funcionamiento del Asilo del Perpetuo Socorro de Montería se hace en cumplimiento del Acuerdo [Del concejo de Montería] No 9 de 1948, y en desarrollo de la norma legal que establece la obligación para todo municipio que pase de veinticinco (25.000) mil habitantes debe tener un asilo de mendigos”.
Cabe anotar que el municipio de Montería obtuvo el inmueble en mención por medio de la Escritura Pública No 447 de 10 de junio de 1944 en la entonces Notaría Única del Circuito, después Notaría Primera. Es en este documento donde está la donación de la familia De Vivero y de Lázaro Pérez al municipio de Montería del lote donde está, hace 70 años, el Asilo de Ancianos de Montería.
Aquí surgen dos serios interrogantes. Si en la Escritura Pública se establece que la donación que hace el municipio de Montería es para un asilo, ¿por qué años después compra lo que donó para asilo y convertirlo en un parque?
¿Por qué el alcalde de Montería, que teniendo asiento en la Junta del Asilo del Perpetuo Socorro de Montería, y que representando al mismo municipio que donó este predio para un asilo, promovió esta venta, cuando su deber, cree uno, debió ser proteger la voluntad de quien donó los terrenos y del mismo municipio, quien por medio de la Escritura Pública No 620 del 14 de septiembre de 1946, estableció que ese predio era para un “asilo de mendigos”?
Lo cierto es que después de profanada la voluntad de los dos donantes, el primero fue la familia De Vivero y Lázaro Pérez; el segundo fue el municipio de Montería a la Junta del Asilo del Perpetuo Socorro, el alcalde de Montería Marcos Daniel Pineda García se quedó con el asilo para construir un parque.
Siempre existió la pregunta de cómo pagó el municipio el asilo sino tenía dineros. Se creyó, equivocadamente, que había pagado una parte en efectivo y otra con unos lotes. No fue así. Pero entonces el interrogante sería otro ¿vendió el municipio de Montería lotes del Barrio La Castellana para pagar esta compra? Esta pregunta está aún sin respuesta.
Lo cierto es que el alcalde de aquel entonces, que es el mismo de hoy, no hizo nada de lo que prometió según el Acta No 39 de 22 de abril de 2009. Prueba de ello es que siete años después la construcción del nuevo asilo está en ruinas. El alcalde se ha defendido diciendo que él no tiene nada que ver, que el Asilo el Perpetuo Socorro de Montería es una entidad privada, con personería jurídica que vendió ‘libremente’ un terreno a la alcaldía. Pero resulta que el alcalde tiene asiento en esa misma Junta. ¿Entonces cómo así que a un miembro de Junta le importa un carajo la suerte de su entidad o empresa?
Pero sigamos. El 21 de junio de 2011 el arquitecto Joaquín González Mendoza dirige una reveladora carta a Jorge Gánem Gómez donde pone en conocimiento todas las irregularidades y fallas en la construcción del nuevo asilo.
Y el 10 de agosto de 2011 el también arquitecto Fernando Guerra Buelvas dirige una carta al revisor fiscal del Asilo, Antonio Vélez Otero, con copia al obispo Julio César Vidal y al síndico del asilo Jorge Gánem Gómez, en donde narra todas las fallas e irregularidades cometidas por la arquitecta Lina Muñoz, responsable de la construcción del esperpento llamado nuevo asilo.
Pero muy a pesar de todas esta irregularidades la presión sobre las monjas del asilo para salieran de su vieja sede era inocultable. Al punto que tuvieron que valerse de una tutela (19 de septiembre de 2011) para parar la sacada.
En enero 4 de 2012 una persona envía una extensa carta al magistrado Jorge Pretelt para que la tutela en mención sea seleccionada. Allí están descritas todas las vicisitudes y presiones por las que han pasado las monjas del asilo.
Y el 15 de junio de 2016 la Lonja Inmobiliaria SCA Córdoba presenta un acta de reunión “proyecto nueva sede asilo del Perpetuo Socorro de Montería”, firmada por Andrey Montes Jaramillo, religiosa Susana Ordoñez Cortés y Álvaro Escobar Sánchez. Allí se reconoce que el proyecto no se desarrolló en su totalidad sino en un 45% y que hay muchas fallas.
La realidad es que hoy los ancianitos de Montería están sin asilo. El alcalde de Montería dice que no los sacará hasta que el nuevo asilo esté en óptimas condiciones, pero la presión que hay por sacarlos es soterrada.
No hay duda de que aquí se fraguó toda una injusticia con el peregrino argumento de un parque para que la entrada de Montería se viera bonita.
Hoy todos los involucrados en este negociado se lavan las manos diciendo que nada raro ha pasado, pero no siempre todo lo que tiene apariencia de legal es justo y correcto.
Este tema todavía no tiene punto final, solo un corto punto suspensivo.
@tonsanjr