Lea la serie con los episodios más bochornosos del fallido paso de Montealegre por la Fiscalía General de la Nación.
En marzo de 2012 llamó mucho la atención la designación de Eduardo Montealegre como fiscal general. Su pasado era el de un abogado que rondaba los salones del poder político en busca de contratos y del poder económico en busca de contratos.
Montealegre había sido samperista, pastranista, uribista y se había vuelto santista. Ahora está estrenando la alineación anti santista. Ya hoy, fuera del cargo, parece una estrella en exticnción. Viajó a Alemania de manera casi clandestina para huir de los remordimientos por todas las vidas que truncó con sus injusticias y para bajarle calor a los reflectores que le dan luz al espejo retrovisor del nuevo fiscal.
Aunque entregó su cargo en la Fiscalía el 28 de marzo último, su aliado y cuasi cómplice, Jorge Fernando Perdomo, siguió al frente del ente investigador -hasta el 1 de agosto- haciendo lo que le enseñó su maestro: perseguir, abusar, amedrentar y sobre todo saquear el erario.
Hoy ha cesado la horrible noche. La dupla Montealegre-Perdomo ya no da miedo a nadie, toda vez que el timonel de la Fiscalía es el reputado jurista Néstor Humberto Martínez.
Bien valdrá la pena hacer para la historia una radiografía del período más azaroso que ha vivido la justicia colombiana en toda su existencia.
El caso Sigifredo
A los pocos días de asumir el cargo -29 de marzo de 2012-, Montealegre anunció que la entidad a su cargo estaba a punto de tomar una decisión que haría temblar al país. Así fue.
El país tembló la noche del 16 de mayo de 2012 cuando la Fiscalía ordenó la detención del ex diputado de Valle del Cauca Sigifredo López como presunto instigador del secuestro de 11 de sus compañeros de trabajo.
El 11 de abril de 2002, un comando de las Farc orientado desde el secretariado por «Pablo Catatumbo», asaltó la sede de la Asamblea de Valle del Cauca, en Cali, y se llevó a 12 de sus diputados. Antes, degolló a un humilde policía que atendía la vigilancia de la institución.
Cinco años más tarde, el 28 de junio de 2007 el grupo terrorista anunció que, en confusos hechos, 11 de los 12 asambleístas habían muerto. El único sobreviviente, Sigifredo López, se encontraba castigado por sus constantes muestras de rebeldía frente a sus secuestradores y estaba en un sitio distinto al de la masacre.
Casi siete años permaneció secuestrado Sigifredo López. Llegó viejo, desdentado y pobre. Pero a Montealegre y a otra de sus amanuenses, Martha Lucía Zamora, les dio por inventar la historia imposible de que López era un delincuente y que se había aliado con las Farc para secuestrar a sus 11 homólogos. Montealegre y Zamora tuvieron a López tres meses en la cárcel con el rótulo de “Judas”. Al final lo dejaron en libertad luego de que la investigación en su contra fue archivada.
La persecución contra Uribe y el uribismo
El 2 de enero de 2013 Montealegre dejó en evidencia que su gestión iba a estar dirigida contra todo lo que oliera a uribismo y al ex presidente Álvaro Uribe. Que llegaba al cargo a cumplir una tarea política del gobierno que lo nominó.
En efecto, ese día un fiscal delegado ante la Corte Suprema revocó un auto inhibitorio que en su momento había sido proferido en favor del ex gobernante por las mentiras que a diario inventan contra él sus malquerientes.
El proceso en cuestión está relacionado con un par de testigos que contra Uribe consiguió y manipuló el senador amigo de las Farc Iván Cepeda.
Los dos declarantes mentirosos dijeron que cuando Uribe era gobernador de Antioquia (1995-1997) en una de sus fincas, en el municipio antioqueño de San Roque, se habría conformado un grupo paramilitar. Para la época en que se reabrió la investigación contra el ex jefe de Estado, la jefa de fiscales delegados ante la Corte Suprema era Martha Lucía Zamora, conocida en los corrillos de la prensa judicial como “Martha Forex”, por las cuentas que su hermano y ella tenían en una empresa financiera del Caribe.
Pero aquel caso contra Uribe no sería el único contra el uribismo promovido por la dupla Montealegre-Perdomo. La incidencia que tuvo la Fiscalía en las elecciones presidenciales de 2014 fue definitiva para que Juan Manuel Santos fuera reelecto como presidente de Colombia.
Lea mañana la segunda parte de este especial: «Una descarada intromisión en política» .
@IrreverentesCol