Análisis de Camilo Rubiano
La semana que pasó comenzaron las discusiones del presupuesto general de la nación para el año 2017 en el Congreso. El presupuesto presentado suma 224.4 billones de pesos, con un aumento de 13.8 billones respecto al de 2016. Este monto según varios expertos puede presentar graves problemas para su financiación.
Este gobierno se ha autodenominado como el que históricamente más ha invertido en el sector agropecuario, pero curiosamente para el otro año le va a recortar el 33.6% respecto del 2016 y comparado con el 2015 el recorte es de mas del 50%, algo impensable, teniendo en cuenta que el campo es el «eje» central del posconflicto y el gobierno en distintos escenarios lo muestra como esa gran autopista para la paz.
Mientras el Presidente le da la espalda a los campesinos colombianos, este presupuesto aumenta en casi 10 billones, pasando de 126.7 a 137.7 billones la partida de funcionamiento, lo que en palabras sencillas se traduce en más burocracia. Algo que no es acorde con lo planteado por el ministro de Hacienda cuando hace referencia a la austeridad inteligente, que si la hubieran aplicado de manera correcta, no tendría que aumentar a 54.3 billones la partida al servicio de la deuda del Estado.
Este aumento de 7 billones corresponde al mal manejo que este gobierno le ha dado a la deuda externa, que para este año supera los 112.000 millones de dólares y que representa el 40% del PIB, lo que lo lleva a quedarse sin mas opciones.
El presupuesto para el año 2017 refleja la grave situación económica y fiscal del país, ejemplo de esto es el ultimo reporte de Ecopetrol, que muestra una caída en sus utilidades para el segundo trimestre de 47.8%. Una situación bastante delicada que requiere de una respuesta inmediata por parte del Presidente y su ministro de Hacienda en la búsqueda de otras alternativas de ingreso y recortes en el gasto burocrático. De no hacerlo así, las calificadoras de riesgo están listas para bajar a negativa la calificación de Colombia.
@camilorubianobe