Se ha suscitado en estos últimos días una discusión sobre la educación sexual que reciben los niños en los colegios, situación que el Ministerio de Educación ha manejado sin dar claridad, a la defensiva, de manera improvisada, con explicaciones a medias a los múltiples interrogantes que han surgido principalmente en los padres de familia y rectores de colegios públicos y privados.
Quiero llamar la atención de que independientemente de la respuesta inexacta respecto de la existencia de las “cartillas”, la formación en los colegios sobre los conceptos de valores, de principios, de educación sexual, tiene que ser complementaria a la que se hace desde la familia. El mejor lugar para la educación sexual es el hogar, e insisto, en los colegios deben complementar lo que se hace desde la familia y orientar a padres sobre como hacerlo. El Ministerio omitió incluir a los padres de familia, a los rectores y a sus representantes en la construcción de las preguntas orientadoras.
Durante los talleres convocados por el Ministerio de Educación y el Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidas, varios rectores expresaron su inconformidad sobre el enfoque de las llamadas “Preguntas Orientadoras”, pero no fueron escuchados. Como todo lo del Gobierno, se le debe escuchar, pero no da a los ciudadanos la posibilidad de ser escuchados.
El Ministerio debe orientar a los colegios sobre como proteger a los niños del manoteo, no solo por identidad sexual, sino también por todas las demás situaciones por las que ocurre esta amenaza como la condición física, familiar, académica, económica y otras, lo que no ha ocurrido en las mesas de trabajo del Fondo de Poblaciones.
A pesar de que cada vez nuestros hijos tienen acceso temprano a amplia información, que sean más libres para hacer sus propios análisis y que tengan un criterio definido, somos los padres y madres de familia los que debemos responder ante ellos y por ellos. Lo que empieza por el respeto, la aceptación reciproca y la tolerancia. Jamás por imponer la perspectiva de los adultos sobre la perspectiva infantil. Los derechos de los menores de edad tienen una protección especial constitucional que lamentablemente olvidamos los adultos, porque damos prioridad a nuestras preferencias.
El país reclama urgentemente el fortalecimiento de la familia con programas en todas las regiones para que aprendamos a construir hogares saludables, y el Ministerio de Educación debe ser líder en este propósito.
Positivamente esta discusión ha generado que los padres de familia se manifiesten, marchen, conozcan los manuales de convivencia de los colegios, y se animen a participar de su construcción. Se denuncia que en muchos casos, estos manuales se expiden para cumplir con la formalidad o para evitar tutelas de padres, pero llegó la hora de darles el alcance y aplicabilidad real que tienen. También ha permitido y fomentado que en casa dialoguen los padres con los hijos sobre la actual discusión, que los miembros de la familia opinen, refuercen conceptos y los proclamen.
Ojalá esta polémica no fuera en vano y se constituyera una Mesa Nacional de Educación en Valores, derechos y deberes, con la participación de padres de familias y rectores. Que el Gobierno Nacional convoque de inmediato a quienes marcharon el día de ayer y los escuche para construir y hacer ajustes. ¿Se anima El Presidente Santos a asumir este desafío?.
@ForerohElvira