…Por eso votaré por el NO en el plebiscito. Soy una convencida de que lo que se está negociando en La Habana, capital del país sede del comunismo en nuestro hemisferio, no es la paz. Lo que se está negociando es otorgarle a las FARC la impunidad por todos sus delitos, incluyendo los comunes como el narcotráfico y los de lesa humanidad, y la entrega directa de curules en el congreso de la república
Esto puede no parecer grave para los que dicen preferir verlos sentados en el congreso que dando bala en el monte. Pero los trasfondos de estos acuerdos tienen unas implicaciones graves para nuestra democracia. Las FARC han sido claras con respecto a sus intenciones. Tienen vocación de poder y cuando logren alcanzarlo implantarán el Socialismo del Siglo XXI.
¿Qué es el Socialismo del Siglo XXI?, le preguntaron alguna vez a Fidel Castro y su respuesta fue “es comunismo”. Este es un sistema político y económico creado en Cuba e implantado en Venezuela. Un sistema que logró acabar de manera devastadora con el sistema productivo venezolano sumiéndolo en el más deprimente estado económico de su historia.
Ese Socialismo del Siglo XXI no solo ha traído miseria a Venezuela, el otrora país más rico de América Latina, sino una violencia sin precedentes. Esta violencia no solo se manifiesta en los actos criminales como asesinatos, secuestros, robos etc., sino en la violencia del mismo Estado a través del desabastecimiento de alimentos y de medicinas que ha acarreado miles de muertes.
Pregúntele a cualquier venezolano si siente que en su país reina la paz. La respuesta será que no, porque la pobreza, la miseria y la represión nunca generan paz.
A mí todavía me cuesta creer que ese mal, esa plaga del comunismo le haya podido caer a Venezuela. Es como cuando se enferma alguien muy cercano que aparentemente se veía muy sano. Antes de Chávez Venezuela era un país muy rico, con sus problemas típicos de país latinoamericano, pero sin los males excepcionales sufridos por otros países de la región.
A diferencia de Venezuela, Colombia no es un país sano. Viene siendo golpeado desde hace décadas por esas mismas personas que mañana (si esos acuerdos se integran a nuestra legislación) van a escribir nuestras leyes y regir nuestros destinos. A lo anterior se suma un mal que empeora su salud, y es el ser el mayor productor de droga del mundo, que como bien se sabe es el combustible de la violencia.
No debe olvidarse que durante estos años de gobierno de Juan Manuel Santos la corrupción ha aumentado, las instituciones se han debilitado, la administración de justicia que nunca ha funcionado como es debido está en su peor momento porque nadie cree en ella. La situación económica es grave, la caída del petróleo junto al derroche a dos manos del disipador Santos sumándole que somos uno de los países con mayor carga tributaria nos está llevando al colapso económico: el caldo de cultivo ideal para el comunismo.
Somos un país enfermo, tenemos las defensas bajas, y nos está acechando una enfermedad terminal llamada Socialismo del Siglo XXI.
No nos ayuda que aquellos que se hacen llamar intelectuales, periodistas y políticos en coma diabético ayudándose de eufemismos y pronunciando la palabra paz como si se fueran a desinflar, desinformen a los colombianos con argumentos tan débiles como que en el proceso con los paramilitares no hubo plebiscito ni umbral. A esos personajes que veremos pegando carrera cuando las FARC estén en el poder les respondo que no hubo necesidad, porque no se negoció la impunidad, ni se les dio participación política, ni se les prometió blindar el proceso incorporando unos acuerdos que probablemente llegarán plagados de micos a nuestra constitución nacional.
En conclusión, mi voto será por el SI a la paz duradera y estable es decir por el NO en el plebiscito tramposo de Juan Manuel Santos y de sus camaradas.
@ANIABELLO_R