El tiempo le ha dado la razón al uribismo, que desde hace años ha venido planteando la necesidad de convocar una Asamblea Constituyente para tramitar en ese escenario una reforma integral y profunda de la justicia en Colombia.
El reciente fallo de la Corte Constitucional declarando inexequible la creación del denominado “tribunal de aforados”, por considerar que éste rompe la estructura de la Constitución, demuestra, una vez más, que a través de actos legislativos será imposible sacar adelante una reforma a la administración de justicia.
Cada vez es más grande la desconfianza que despierta en los colombianos la fiscalía y las altas cortes que, desde que asumieron responsabilidades electorales, perdieron su naturaleza y se convirtieron en centros donde la politiquería reemplazó a los grandes debates jurídicos.
Todos los intentos por sacar adelante una reforma integral han muerto en el camino. Primero, por la presión que los magistrados de las altas cortes ejercen sobre los congresistas. Muchos se han dejado intimidar, pues saben que quienes son sus jueces no están dispuestos a ceder un milímetro del poder que han adquirido desde que entró en vigor la Constitución de 1991.
En criterio de muchos, como están hoy en día planteadas las cosas, será imposible que una reforma constitucional prospere, razón por la que hasta los más escépticos empiezan a ver con buenos ojos la convocatoria a una Constituyente para reformar la justicia.
El camino no es sencillo, pues se requiere que el congreso apruebe una ley en la que se pregunte si los ciudadanos quieren que se convoque a una Asamblea Constituyente. Una vez cumplido ese requisito, la tercera parte del censo electoral deberá votar favorablemente esa propuesta, es decir 11.6 millones de personas.
¿Temario limitado?
En el artículo 376 de la Constitución, que es el que regula la convocatoria de las Asambleas Constituyentes, no dice en ninguna parte que el temario de la misma pueda ser limitado a temas específicos. Entendiendo a la Asamblea como el escenario al que acuden los delegatarios del constituyente primario –el pueblo- difícilmente podrá imponerse linderos temáticos, pues como dice la misma Constitución, “la Asamblea adoptará su propio reglamento”.
Es posible que los delegatarios no quieran limitar su función simplemente a la revisión de los asuntos que competen a la justicia y que quieran entrar a revisar otros aspectos que han fallado en la Carta de 1991 y ahí es donde está el verdadero riesgo de una Constituyente, pues se sabe cómo comienza pero nadie puede prever cómo terminará.
El exvicepresidente y dirigente uribista Francisco Santos es defensor de la Constituyente.
Pero ese es un riesgo que debe asumir la sociedad. Colombia no puede continuar con una administración de justicia corrupta como la que actualmente tiene, con una fiscalía que tiene un insoportable parecido con una policía política y unas cortes en las que se negocian fallos y se emiten condenas contra personas cuya única “culpa” es la de militar en una determinada corriente política, como se ha visto en las sentencias proferidas por la sala penal de la Corte Suprema de Justicia contra personas de probada honestidad como los exministros Sabas Pretelt de La Vega y Diego Palacio, este último condenado por el odio que en muchos magistrados de esa célula despertaba el expresidente Álvaro Uribe, tal y como se puede evidenciar en unas grabaciones que en su momento reveló el doctor Palacio.
En diálogo con LOS IRREVERENTES, el exvicepresidente Francisco Santos Calderón, aseguró que es necesario que se convoque a una Constituyente: “Creo que es urgente que se haga una reforma profunda a la justicia, pero también al sistema político colombiano y al sistema electoral y eso solamente puede tramitarse a través de una Asamblea Constituyente en la que, además, debe revisarse el ordenamiento territorial colombiano. Siempre he simpatizado con la idea de que Colombia haga una transición hacia el federalismo con lo que se estimulará el desarrollo en las diferentes regiones del país”, enfatizó el dirigente uribista.
Por su parte, el doctor Iván Cancino, conjuez de la Corte Constitucional, considera que “una constituyente no puede ser parcial o limitada temáticamente; debe abordar todos los asuntos”.
@IrreverentesCol