Maté hace muchos años mi reloj biológico, ese que le indica a las mujeres que les está agarrando lo tarde para tener hijos. Fue una decisión meditada, tomada a conciencia por el entorno que vivimos. Me tachan otras mujeres de egoísta, mi familia, sobre todo mi mamá, me sale de vez en cuando con la frase: «Una mujer solo esta completa cuando le nace un hijo». Es un modo muy decente de decirme que estaré incompleta el resto de mi vida.
Antes de cumplir los 30 años, ya me había «bajado del bus» ese que pasa y en el cual la sociedad le exige a las mujeres montarse para no quedarse solteronas. Me he enamorado un par de veces y me han propuesto matrimonio en dos ocasiones, una de ellas, con compromiso y anillo incluido que devolví. No fueron los hombres, he tenido el privilegio de dar con los mejores, el problema soy yo y mi temor a entregarle hijos a Colombia y al planeta.
No quiero dejar descendencia en un lugar donde el Medio Ambiente se negocia sin pensar en el futuro, no me quiero imaginar cómo será este lugar en 60 años o menos con el cambio climático y unos gobiernos que solo se usufructúan de el, me da pavor tener que enseñarle a un hijo mío, a ser lambón con el poderoso, a que tenga que agachar la cabeza si alguien tiene más dinero, a decirle «doctor» a cualquiera que se encuentre en un cargo público sin serlo, a enseñarle a no levantar la voz en situaciones de injusticia ni a señalar la corrupción porque le cerrarán las puertas.
No me imagino en el papel de educar a mi hijo para ser parte de una sociedad que es cómplice del abandono estatal.
Ciertos animales en situaciones de peligro cambian su ciclo reproductivo, en cautiverio es muy difícil que logren concebir, lo mismo ocurría en cierto grado con las mujeres en la guerra, a las cuales se les iba el período menstrual por meses, lo que resulta inconcebible es que en Colombia la gente no se da cuenta y se reproducen como conejos para ser borregos.
¡Qué pesar!
Le cedo el cupo del futuro incierto de los hijos que no tendré a los miles de niños que nacen sin ninguna oportunidad de futuro en el país para que no se diga que soy egoísta y seguiré levantando mi voz para tratar de dejarles a ellos, la posibilidad de tener una naturaleza y agua a pesar de tener un ministro de Ambiente que esta más preocupado por abrirle espacio a las multinacionales para que sigan deforestando lo poco que nos queda.
Ojalá algún organismo internacional caiga en la cuenta del problema mundial que hay en Colombia. Tenemos más de la mitad de los páramos del mundo en nuestro territorio y están a merced de funcionarios inescrupulosos que buscan la tajada de una comisión para entregarlos en bandeja y que sean arrasados. ¿Hasta cuándo los ciudadanos pensarán seguir eligiendo a senadores para que se enriquezcan a costillas de lo sagrado?
No puedo cambiar el mundo pero decido no concebirte para que no lo veas y no sientas la misma tristeza que siento yo todos los días. Te ahorro la indignación que me causa Colombia.
PD. A las mujeres en Colombia que tienen las mismas dudas que yo tuve, les dejo una frase que encontré hace muchos años: «El hecho de que una mujer pueda concebir, no significa que deba concebir»
Piensen en el futuro que les están dejando a sus hijos. ¿Vale la pena?
@LeszliKalli