10 años sin ti…

10 años sin ti…

Generalmente utilizo este espacio para hablar de política, denunciar la corrupción y la inseguridad en el gobierno de Claudia López y el mal manejo que le ha dado a la pandemia.

Hoy quiero dedicar esta columna a una persona que jugó un papel muy importante en mi vida, que fue mi cómplice, mi amigo, mi hermano, mi padre, pero sobre todo mi guía y ejemplo a seguir.

De Luis Andrés se han escuchado muchas cosas, tanto jurídicas como personales y hoy quiero contares lo que significaba Luis Andrés para mí.

Desde que tengo uso de razón siempre vi a mi hermano como ese ser que yo quería ser; una persona estudiosa cuyas actividades y triunfos, hacían que mi casa siempre viviera orgullosa de él y ¿yo? lo admiraba y seguía aprendiéndole y soñando con llegar a ser como él.

Vivimos una infancia tranquila con alegrías, tristezas, peleas y abrazos como ocurre al crecer con hermanos, pero sobre todo trazando los sueños de lo que seríamos en un futuro.

A Luis Andrés lo veía como ese gran colombiano que lo daría todo para aportarle un grano de arena a este país y trabajar por el futuro de las nuevas generaciones, ese era su sueño, nuestro sueño.

El dolor llegó al ver cómo le cortaron las alas a un joven de 20 años, estudiante de dos carreras, quien había sido personero estudiantil, era hijo y hermano pero sobre todo un colombiano que amaba a su país. A él lo asesinaron y a nosotros, quienes lo amábamos, nos causaron el mayor de los dolores y nos quitaron la alegria.

Esas metas e ilusiones que anhelaba Luis Andrés, son las que me inspiran y dan fuerza, son las banderas que me han llevado a estudiar, a formarme y sobretodo, a trabajar por la niñez y la juventud porque no me resigno a que con el asesinato de Luis Andrés, hayan acabado con su sueño: hacer un mejor País y a eso le apuesto, a no dejar morir ese sueño.

Y es en este punto donde me llegan pensamientos sobre el futuro; me pregunto dónde estaría hoy Luis Andrés y qué estaría haciendo si no le hubiesen quitado la vida.

Sé y en eso soy un firme convencido, que lo estaría respaldando y acompañando en cada meta que se fijara y que él estaría haciendo lo mismo conmigo.

Extraño cada día compartir con él, ver su sonrisa, escuchar sus consejos, seguir sus pasos, pero sobre todo aprender cada día de él.

Saber que vidas como la de mi hermano, de jóvenes estudiosos y talentosos con metas e ilusiones se pueden perder por la violencia, es lo que me levanta cada día a trabajar por su presente y velar para que puedan construir un futuro.

Luis Andrés, en la casa todos te extrañamos. Pero sobre todo yo, tu hermano menor, quien cada día quiso aprender y luchar siguiendo tu ejemplo, para tener esa fuerza que tanto te distinguió y que hoy me empuja a trabajar por los demás y aportar en sus vidas.

@JcolmenaresE

Publicado: noviembre 1 de 2020

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